domingo, 15 de marzo de 2009

DIARIO PERDIDO



















Martes, 14 de diciembre de 1.999

El humor se ha instalado en nuestra comunidad. Sería un vil mentiroso si os contara que nada es más serio que la vida de un adulto respetable… Sólo de pensarlo ya me doblo (no de forma literal) de la risa (lo de reírme también es una ironía, lo normal es que no deje de llorar hasta caer rendido).

Lo que a mi entender ocurre, es que mi familia, mis vecinos, y todos a mi alrededor, se están mimetizando con la silla del comedor, con la ventana del edificio de enfrente, no sé, con cualquier objeto a la vista…

Hace varios días que no salgo de casa. Últimamente los vecinos me acosaban. Hoy sólo baje un rato antes de comer para tomar el aire cinco minutos. El regreso a casa ha sido demoledor. En el ascensor ya me estaban esperando. Esta vez ha sido Dª Paulina, la del tercero:

-¿Verdad que hoy hace un día para salir a tomar el aire? ¿Qué tal lo de tu enfermedad? ¿Cómo va lo de tu enfermedad? Ayer, ¿saliste con alguien? llegaste de madrugada, sí, creo que eras tú, era muy tarde, hiciste mucho ruido ¿te pasó algo?…

Un pensamiento recorre mi mente… ¿Cuánto tarda el ascensor en subir del primero al segundo?, pues esa es mi meta, mi destino. Espontáneamente contesto con una risa que comienza con ligero murmullo. En el momento que ya empieza a delatarme la intento disimular con una tos atroz incontenible.

En este punto no se detiene y sigue la letanía:

- Es que ahora sólo pensáis en salir y en chicas. Ya me contaron que sigues con esa tos incurable, pobre chico… Pues conozco a la tía de la prima de un cuñado de la hermana de una amiga mía que dicen que tiene poderes curativos y seguro que te puede ayudar.

Un escalofrío recorre mi cuerpo. Seguro que lo que ha dicho ya lo había meditado antes y pensaba decírmelo en cuanto encontrase una oportunidad. Seguro que lo ha dicho con otro sentido…

Ya me internaron una vez en el psiquiátrico y no quisiera volver. Recuerdo que allí todo era irreal. A la gente le daba miedo hablar contigo, ni siquiera te saludaban, continuamente me atormentaban con extraños ruidos dentro y fuera del recinto, fue una pesadilla…

- Sí, ya veremos. Muchas gracias. – Contesté mecánicamente –

Ding! Suena el ascensor, estoy salvado. Antes de que se cierre la puerta giro distraídamente la cabeza y entonces me doy cuenta de que me está clavando esa mirada. Y me sonríe de forma indiscreta. Ahora sé que estoy perdido. Conozco a Dª Paulina. Estoy seguro de que hablará con otras personas. Y entonces volverán a hacerme aquellos interminables test hasta anular mi pensamiento. Volveré de nuevo a experimentar aquel infierno…

Por fin en casa. Busco un cigarro desesperadamente, no soporto bien estos encuentros. Sí, parece relajarme, me estoy quedando dormido… … … …

Creo estar oyendo las sirenas de fondo… … … …

Pasan los días con la misma rutina. Yo también me considero un autómata, me estoy mimetizando...

3 comentarios:

Ignatius dijo...

Creo que al fin deja hacer comentarios. Veo que te va el microrrelato. Lo de las habilidades narrativas te lo tenías muy callado. Eso, o que en los páramos donde te mueves ahora te aburres mucho....

puzzle dijo...

Muy interesante este relato...¿basado en hechos reales?.

Ignatius dijo...

Es posible que Alsa cree traumas. Pero las auténticas taras vienen con el Vivas...